lunes, 19 de noviembre de 2007

··Y fui la princesa del laGo...

Érase una vez que se era, un niño que no quería crecer. No vivía ni la segunda estrella a la derecha ni en dicho lugar llamado Nunca jamás. Barcelona era su hogar.
Hay ciertas cosas que sin explicación alguna vienen, otras sin embargo se van. ¿Por qué? Nadie puede saberlo, supongo que es como los cuentos. Hay cuentos que empiezan, otros empiezan y acaban, otros se limitan a no tener fin. Esos son los mejores cuentos jamás contados; cuentos a la carta.
Septiembre y ya hacía frío. Me contentaba sabiendo que tenía a mano una pequeña manta. Me tapé y esperé.
Hay musas que sólo aparecen durante la noche y la mía es una de ellas. Por suerte esta aparece, hay otras que nunca vinieron y nunca lo harán.
Era algo especial pues esperaba hasta altas horas de la noche para sorprenderme. Justo cuando conseguía conciliar el sueño, oportuna o más bien no, siempre dispuesta a sacarme de la cama y créedme, lo conseguía. Como iba diciendo era septiembre y hacía algo de frío. Estaba rodeada de ingenuos que creían ser felices. Todo el mundo finge y, entre vecinos aún más. Total para lo que te ves con ellos que más da ¿no? La envidia que es muy mala y el aburrimiento, que lo es al cuadrado, hacían de las tardes en el pueblo tardes de recreo marujeril. Hacían de los cafés ratos en los que criticaban por criticar. Y así ellas, con toda su buena fe pensaban que salvaban y hacían del mundo, uno mejor. Sólo así parecían contentarse y ser felices.
··Cada uno es feliz por que realmente quiere no por que nadie le invite a serlo.··
Aquel día supuso que sería como otro cualquiera: pura rutina. Todo se reducía a un conjunto de ciclos monótonos que acababan por aburrirla hasta que apareció él.
Se limitó a pensar que sería como uno de esos cuentos de cuando eres pequeña, y que aquel príncipe aburrido de ser rana se resignaría a ser besado pero… ¿por quién?
Todas son princesas excepto una; la reina. ¿Princesas en apuros?Todas. Tal vez, sin pedirlo ni saber como, él fue en su busca.
Fue una también fría noche de Abril, (como esta) aún lo recuerdo. Ajenos a todo aquel frío y todo el ruido de alrededor, se conocieron. Hay veces que hay que tirarse la piscina aunque sepas que vas a abrirte la cabeza.
Fue extraño pero acudió a ella como si fuesen sus ojos los que delatándola, pedían auxilio gritando en silencio.
¿Qué fue? ¿Por qué ella? ¿ Que era lo que llamaba realmente su atención? Él ya era todo un príncipe y no necesitaba pues, ser salvado. No comprendió lo evidente. Así que, ¿Qué mejor que dejar que el tiempo pasara solo?
Y así fue como hicieron de esa noche algo muy suyo. ¿ Sería así como empezaría todo?
Al principio solo hay un camino llano, con el tiempo aparecen desvíos, baches y piedras. Mas no todos los barcos siguen a flote después de una feroz tormenta, pese a su intento.
Él la rescató una vez aquella noche, otra y otra y muchas más. Un sin fin de veces quizás en innumerables ocasiones.
Para cuando quiso darse cuenta, él ya estaba dentro. La vida te da sorpresas y también regalos pensó, así que, decidió recibirlo con los brazos abiertos.
Como bien he dicho antes, hay barcos que naufragan y también brujas malas ( como en todos lo cuentos) con final feliz. Vestida de recuerdos llamó a su puerta. Ella, pese intentarlo, no pudo cerrarle la puerta en el hocico y dejó que la bruja le recordase.
··No todos los príncipes son azules, no todos los cuentos de hadas. Las velas no duran encendidas eternamente.··
Hay veces que a las brujas las acompañan golpes de suerte, entonces…tiembla. Son malas malísimas. Resignarse sin intentarlo es de cobardes e infelices y la pequeña princesa caía en picado, mas veía que su príncipe era todavía un niño que pese a su esfuerzo, no conseguía hacer crecer.
¿Miedo? ¿Miedo de qué? Era suya y de nadie más. ¿A que venía tanto temor?
··Son los tesoros más grandes los que cuestan compartir, no obstante no hay que ser avaricioso por que de envidia, siempre te lo pueden intentar robar
Y decidió aislarla en medio de un precioso lago. Allí ella pasaba sus días, únicamente con él, aislada de todo y de todos, sin intención de huir y de quedarse allí esperando paciente que su príncipe la rescatase otra vez.
·· Las flores que no riegas acaban por secarse ··
Temiendo marchitarse decidió que esperaría a que su príncipe quisiera crecer.
Y así fue como pasó el resto de sus días siendo la princesa del lago, un lago que ahora queda en mi recuerdo y del que me rescató como otras muchas veces aquel príncipe que poco a poco, se convirtió en rey.
¿Y comieron felices para siempre?

Entre tú y yo… niños seremos todos siempre, pero mantengámoslo en secreto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

creo que ya dejo alientos... =O

ttm!

canido dijo...

Esto de ir saltando de firmas de blog en blog a veces te trae sorpresas. Llevo casi una hora saltando entre ellas y llego aquí. Y me alegro. Me han gustado mucho tus "cuentos". Si no te molesta iré entrando a leerlos de vez en cuando. Un saludo.

Dante el Loco dijo...

Veo que tamos sin ideas ehh! jeje!

vas que hay que escribir un poquito animos wapaa!!!

besoss!!