sábado, 14 de abril de 2007

·· Las diosas también lloran


Aprendí, del mejor [o al menos intenté seguir su ejemplo]. Suelen decir que más vale eso que nada pero aun así, el intento no tiene ningún tipo de mérito. Observa, escucha, aprende. Descubre esas pequeñas cosas de la vida que para ti pueden ser en cierto modo, inexistentes.
Fue así cuando entre en la cuenta de que las diosas también lloraban. Pché, alguien tan hábil como tú supongo que ya se habrá percatado. Tan sólo quería asegurarme. Quizás me equivoque pero… ¿te habías fijado?
Que las diosas lloren no es algo muy agradable ni enternecedor…es en todo caso triste, muy triste. Desolador. ¿Cómo puede algo tan, “TAN” caer sin más en picado, como lápiz al suelo?

Fui privilegiada, supongo. Una vez conocí a una,una diosa infeliz (cosa de extrañar) que se dejo llevar por el viento, un viento cruel y corpulento que la arrastro con toda su fuerza e ira hasta dejarla sin aliento. El viento era envidioso en todo su ser y tan solo deseaba verla perecer.
No todo barco hundido tiene supervivientes, ni todos los pozos tienen fondo. Este sí tenía. Desganada se dejó arrastrar sin más, asumiendo de alguna manera lo que la esperaba. Perecería, sumisa, ante él.
¿Que harías si llegases al final de la carretera y te dieses cuenta de qué allí no había nada? ¿Si lo dieras todo sin recibir ni siquiera las "gracias"?¿Si enfermases sabiendo que vas a morir? ¿Cuando pierdes por todo lo que has luchado? ¿Fracaso? Vergüenza
La esperanza es lo último que se pierde. Y una mierda, al carajo todo y todos. Hasta las flores más bellas prefieren perecer que seguir intentando subsistir. Supongo que es más cómodo y más sencillo (aunque no siempre es lo mejor). Resignarse a auto compadecerse.
La diosa tenía muy claro que todo se había acabado…bueno casi todo. El mundo se le quedó pequeño. Su grandeza se reducía a nada.
Impotente se sentía al ver que nada podía hacer. Aix…impotencia, esa sensación amarga que nos “amarga” la existencia. Se dejó caer en un pozo esta vez, con fondo.
Resignación. Llanto. Nada más podía hacer.
Todos lloramos, nadie se muere por eso. Quizás no todo estaba perdido todavía le quedaba malgastar un último suspiro. Un suspiro dedicado a un anhelo. Un trocito de cielo.

¿Quién no merece un trocito de cielo? Nadie puede privarnos de él, al menos no debería. Toda diosa necesita tener su espacio. Todo el mundo. Cada uno tendrá, como no, una concepción diferente. ¿Qué es el cielo? El paraíso de toda diosa. En cualquier otro caso quizá sea algo diferente, no tiene que ser ni peor ni mejor.
“Todos queremos ser uno. Queremos ser diferentes e individuales. Queremos ser nosotros, no ser nadie más. Trabajamos incansablemente para ello. Para borrar el pasado y crearnos un futuro, un aspecto.”
Qué lástima que las diosas no gozaran de ese afán de superación. Su entorno las privaba de él. Ellas sin lugar a dudas eran... ¡ lo más ! Insuperables, diferentes e individuales. Pues no, simplemente eran. Las diosas podemos ser tú y yo y todos los que al igual que nosotras quieran ser lo. Todo se acaba y como no, todos creen ser dioses hasta darse cuenta de que simplemente son uno más entre un millón ( que eso ya es mucho), nada especiales. Un ser único e irrepetible eso sí, pero parecido (ni por asomo igual) a todos los demás.
"Por eso las diosas también lloramos cuando caemos en la cuenta de que no somos tan “TAN” como nos pintan. No somos ni más fuertes ni más grandes; somos." (me dijo una vez)
“En realidad somos un 15% lo que nosotros pensamos de nosotros mismos, un 84% de lo que los demás piensan de nosotros y un 1% de indiferencia.”
Cubriendo su pena en llanto, lloró y lloró sin cesar. Inundando el pozo al fin. Habría podido nadar, pero no lo hizo. Esperó. Y así fue como en el fondo de aquel oscuro y pequeño pozo esperó radiante brillando con luz propia marchitar se.Cual rosa sedienta de agua. Y salió, salió del más hondo de los agujeros para llegar a su tan ansiado paraíso.Fue el viento,que se la llevó al escuchar sus gritos embadurnados de llanto.
A veces la recuerdo. Cuando cae la noche se deja ver, entre otras muchas diosas. Felizmente pasea por el que es mi cielo; su paraíso. Sigue radiante y bella brillando como cualquier otra estrella. Sonríe. Ya no era aquella diosa triste del pozo, al fin consiguió salir y respirar, a su manera. Fue difícil llegar a ser especial entre tantos… pero logró hacerse un huequecito.
~ ·Piensa que siempre habrá alguien mejor que tú, pero no habrá nadie capaz de igualarte. Todos queremos ser lo que no somos olvidando que ni aún siendo lo que queremos dejaremos de ser. Cada uno es único, las estrellas no son todas iguales ni brillan con la misma luz.
*·[Això és per un peQueño i graN mariT] ·* [no hacen falta razones :)]

2 comentarios:

Dante el Loco dijo...

Cierto, los dias de lluvia me inspiran, asi que sali y me inspire y pronto colgare la 4º parte.
Muy buen texto es emotivo, hace ver que todos y cada uno de nosotros somos totalmente diferentes y que cuando te des cuenta de eso podras ser feliz como la diosa del escrito.

Un saludo!

~albertt dijo...

porqué cuando una tarde es especial, cuando estas con la persona más maravillosa del mundo, es que nada importa, ahí está la gracia.

por un mundo tuyo y mío y de nadie más. porqué lo mío es tuyo y lo tuyo, mío.

tatiMu doneTAA! =D

has de escriure més eeH!